Los medicamentos contra la ansiedad, al igual que otros medicamentos utilizados en psiquiatría, pueden causar una amplia gama de efectos adversos. Muchos sistemas fisiológicos pueden verse afectados, pero, como la acción principal de los medicamentos antiansiedad se encuentra en el sistema nervioso central, este sistema es particularmente vulnerable. Todos los medicamentos contra la ansiedad tienen el potencial de producir efectos adversos en las funciones cerebrales superiores, aunque el efecto observado también está influenciado por factores psicológicos y sociales. Los efectos más comunes son la sedación excesiva, que es un problema particular para los muy jóvenes y los muy viejos. También es un problema grave para quienes conducen vehículos de motor y puede ser un peligro cuando trabajan en situaciones peligrosas. Los sujetos son especialmente vulnerables cuando: a) se introducen por primera vez medicamentos contra la ansiedad; b) se aumenta la dosis; y c) estos agentes se toman en combinación con alcohol y otras drogas. La dependencia de los medicamentos contra la ansiedad es bien conocida, pero solo recientemente se ha reconocido que la dependencia de las benzodiacepinas es un problema mayor de lo que se pensaba anteriormente. Otros efectos adversos se revisan y resumen de acuerdo con el sistema al que afectan predominantemente. Una revisión de este tipo puede dar fácilmente una impresión sesgada de los peligros de los medicamentos contra la ansiedad; debe quedar claro desde el principio que muchos efectos son raros y, en algunos casos, no se ha establecido con certeza una conexión causal con el medicamento. En general, las benzodiacepinas son las más utilizadas de todas las drogas y son notablemente seguras, incluso cuando se toman en sobredosis masivas. Algunos efectos no deseados se pueden prevenir fácilmente si los medicamentos antiansiedad se utilizan con precaución o se evitan por completo en condiciones en las que las alteraciones patológicas de la sensibilidad de los tejidos o la disposición de los medicamentos provocan reacciones exageradas. Se debe tener especial cuidado al prescribir estos medicamentos a niños y ancianos, y se deben evitar los medicamentos que no son claramente esenciales para el bienestar de la madre durante el embarazo y la lactancia. Los agentes antiansiedad se recetan en exceso. Por lo tanto, la frecuencia de aparición de algunos efectos adversos no es tanto una manifestación de la toxicidad intrínseca de los medicamentos contra la ansiedad, sino un reflejo de su uso generalizado. La prescripción excesiva y la prescripción irracional también contribuyen a la intoxicación por estos y otros agentes y al costo de los servicios de salud. Las razones de la prescripción excesiva son complejas, pero un factor que contribuye es la disponibilidad inmediata de medicamentos eficaces contra la ansiedad.