ESTE DÍA EN LA HISTORIA

En España, los defensores republicanos de Madrid izan la bandera blanca sobre la ciudad, poniendo fin a la sangrienta Guerra Civil Española de tres años.

En 1931, el rey español Alfonso XIII aprobó elecciones para decidir el gobierno de España, y los votantes decidieron por abrumadora mayoría abolir la monarquía en favor de una república liberal. Alfonso posteriormente se exilió, y se proclamó la Segunda República, dominada inicialmente por liberales de clase media y socialistas moderados. Durante los primeros cinco años de la República, los trabajadores organizados y los radicales de izquierda forzaron reformas liberales generalizadas, y las regiones españolas independentistas de Cataluña y las provincias vascas lograron una autonomía virtual.

La aristocracia terrateniente, la iglesia y una gran camarilla militar emplearon cada vez más la violencia en su oposición a la Segunda República, y en julio de 1936 el general Francisco Franco lideró una revuelta del ejército de derecha en Marruecos, que provocó la división de España en dos campos clave: los nacionalistas y los Republicanos. Las fuerzas nacionalistas de Franco invadieron rápidamente gran parte de las áreas controladas por los Republicanos en el centro y el norte de España, y Cataluña se convirtió en un bastión republicano clave.

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Durante 1937, Franco unificó las fuerzas nacionalistas bajo el mando de la Falange, el partido fascista de España, mientras que los republicanos cayeron bajo el dominio de los comunistas. Alemania e Italia ayudaron a Franco con una abundancia de aviones, tanques y armas, mientras que la Unión Soviética ayudó al lado republicano. Además, un pequeño número de comunistas y otros radicales de Francia, la URSS, Estados Unidos y otros lugares formaron las Brigadas Internacionales para ayudar a la causa republicana. La contribución más significativa de estas unidades extranjeras fue la exitosa defensa de Madrid hasta el final de la guerra.

En junio de 1938, los nacionalistas se dirigieron al Mar Mediterráneo y cortaron el territorio republicano en dos. Más tarde en el año, Franco montó una gran ofensiva contra Cataluña. En enero de 1939, su capital, Barcelona, fue capturada, y poco después cayó el resto de Cataluña. Con la causa republicana casi perdida, sus líderes intentaron negociar una paz, pero Franco se negó. El 28 de marzo de 1939, los nacionalistas victoriosos entraron triunfantes en Madrid, y la Guerra Civil Española llegó a su fin. Se perdieron hasta un millón de vidas en el conflicto, el más devastador de la historia española.

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