Desde 2011, la Unión Europea ha aportado más de 666 millones de euros en financiación humanitaria para responder a necesidades urgentes. La financiación ha ayudado principalmente a refugiados sirios vulnerables, pero cada vez más también a la población libanesa afectada por la crisis socioeconómica, la pandemia y las explosiones de Beirut.
Inmediatamente después de las explosiones del 4 de agosto, la UE desplegó en Beirut a cerca de 300 miembros del personal europeo de búsqueda y salvamento, de ingeniería química, estructural y médico a través del Mecanismo de Protección Civil de la UE. A través del mecanismo se entregaron más de 1.000 toneladas de ayuda de países europeos, incluidos más de 2.000 trajes de protección química, 50 toneladas de equipo médico, suministros médicos y quirúrgicos y artículos alimentarios. La UE también organizó un puente aéreo humanitario con vuelos y suministros de Europa.
En los días y semanas posteriores a las explosiones en los puertos, los socios humanitarios de la UE en Líbano se dedicaron a primeros auxilios y servicios de ambulancia, mientras que algunos enviaron «equipos de reparación rápida» para reparar viviendas dañadas. La UE movilizó 32,2 millones de euros para ayudar a los libaneses y sirios vulnerables afectados por las explosiones, con lo que el total de la ayuda humanitaria de la UE ascendió a 83,2 millones de euros en 2020. La ayuda adicional se destina a la rehabilitación de hogares, dinero en efectivo para ayudar a pagar el alquiler y otros artículos esenciales, apoyo de protección como asistencia jurídica y ayuda con la documentación.
La ayuda humanitaria de la UE a los refugiados sirios se presta principalmente en forma de asistencia en efectivo polivalente. El resto se destina a atender las emergencias, la protección y las necesidades educativas.
La asistencia en efectivo reduce la vulnerabilidad ante las dificultades socioeconómicas y los problemas de protección, como los desalojos y la explotación. En 2019, 358.000 personas se beneficiaron de este tipo de ayuda, en su mayoría utilizando el dinero para cubrir necesidades esenciales como alimentos, refugio y atención médica. Tras el brote de coronavirus, la UE ha aumentado aún más la ayuda en efectivo a los refugiados más vulnerables. Se ha capacitado a equipos de respuesta rápida para prestar ayuda humanitaria en los asentamientos de tiendas de campaña en caso de brote. Los socios continúan garantizando el acceso al agua potable y al saneamiento, los productos de desinfección y la atención médica, al tiempo que observan estrictas medidas de prevención, control y prevención de infecciones.
En 2019, más de 500 000 refugiados sirios en Líbano recibieron asistencia a través de servicios de protección apoyados por la UE. En 2020, esto ha seguido siendo una prioridad, dado el aumento de las denuncias de violencia, abuso y explotación de menores. También en 2019, la ayuda humanitaria de la UE garantizó el acceso a la educación de 11 600 niños sirios que no asistían a la escuela, facilitando su transición a la educación formal. La pandemia ha llevado a los asociados en la educación a encontrar nuevas formas creativas de relacionarse con los niños, utilizando mensajes, nuevas tecnologías y aprendizaje a distancia.