Resumen
Los medicamentos antiarrítmicos se han utilizado como una medida efectiva para tratar o prevenir taquiarritmias, incluida la taquicardia ventricular y la fibrilación, en clínicas durante mucho tiempo. Las arritmias se refieren a cambios en la secuencia normal de impulsos eléctricos y conducción, que causan ritmos cardíacos anormales. Se pueden clasificar en dos categorías: bradiarritmias y taquiarritmias. Ambos pueden hacer que el corazón bombee con menos eficacia y, lo que es más grave, causar la muerte súbita. Los tratamientos posibles incluyen desfibrilación eléctrica, ablación por radiofrecuencia, desfibriladores cardioversores implantables, marcapasos artificiales y medicamentos. Todos estos se utilizan para prevenir o terminar las arritmias. Entre ellos, la medicación para arritmias es un tratamiento no quirúrgico y eficaz y su principal objetivo ha sido taquiarritmias, principalmente en el ventrículo, incluyendo taquicardia ventricular y fibrilación. Por supuesto, el tratamiento reciente de las taquiarritmias auriculares, como la fibrilación auricular, también es uno de los principales intereses. Sin embargo, su aplicación puede causar efectos adversos graves.1 Dado que el uso de medicamentos antiarrítmicos tendía a depender de la experiencia de los médicos y a basarse en la práctica clínica, los efectos de los medicamentos antiarrítmicos se habían comprendido empíricamente. Sin embargo, los estudios acumulados sobre el mecanismo de los agentes antiarrítmicos han proporcionado una gran comprensión básica de la acción del fármaco, especialmente sobre las propiedades electrofisiológicas de la excitación cardíaca. Esto no solo ayudará a los médicos a seleccionar medicamentos antiarrítmicos adecuados, sino que también ayudará en el desarrollo de nuevos medicamentos antiarrítmicos.