¿Te gusta quedarte despierto hasta tarde? Por supuesto que sí! ¿A quién no le gusta extender la hora de dormir unos minutos o incluso unas horas? Es natural querer mantener la diversión en marcha cuando estás teniendo un buen día.
Pero, ¿eres un ave nocturna por naturaleza? Algunas personas parecen funcionar mejor más tarde por la noche, mientras que otras tienden a ser las más productivas durante el día. Si alguna vez has estado despierto hasta tarde por la noche con amigos, es posible que hayas notado algo peculiar en sus ojos. ¿Alguna vez has notado que tus ojos parecen verse más grandes en la oscuridad?
Si alguna vez has notado este fenómeno, no solo estás imaginando cosas. Una parte de tu ojo se hace más grande en la oscuridad. ¿De qué estamos hablando? El alumno, por supuesto!
Para saber por qué sucede esto, necesitamos saber un poco más sobre el ojo en sí. La parte externa del ojo que puede ver y sentir se llama córnea. Justo detrás de la córnea se encuentra el iris, una membrana circular que le da a los ojos su color.
El iris desempeña un papel importante en el buen funcionamiento del ojo. Su función es controlar la cantidad de luz que entra en el ojo a través de la pupila, que es la abertura en el centro del iris que parece un círculo negro.
¿Por qué es tan importante este papel? Al igual que una cámara depende de la luz para capturar imágenes vívidas, sus ojos dependen de la cantidad correcta de luz para ver correctamente. Durante el día, se necesita menos luz para ver las cosas a su alrededor. Por la noche, sin embargo, por lo general se necesita más luz para ver cosas que podría haber visto fácilmente durante el día.
Para controlar la cantidad de luz que entra en el ojo, el iris se ensancha o se estrecha para cambiar el tamaño de la pupila. Por ejemplo, cuando está oscuro, el iris se ensancha y la pupila se dilata, o se hace más grande, para permitir que entre tanta luz como sea posible en el ojo.
Lo contrario ocurre durante el día. Cuando el Sol brilla intensamente, el iris se estrecha y la pupila se contrae o se hace más pequeña. Esto restringe la cantidad de luz que entra en el ojo, permitiendo que solo la luz suficiente vea correctamente.
La cantidad de luz puede variar enormemente durante el día y la noche. Sus pupilas responden y reaccionan en consecuencia a medida que los niveles de luz fluctúan. El tamaño de la pupila puede cambiar de tamaño de tan solo 1,5 milímetros a más de 8 milímetros de diámetro.
Además de controlar la cantidad de luz que entra en el ojo, las pupilas también pueden cambiar de tamaño en respuesta a estímulos emocionales. Si estás enojado, tienes miedo o incluso estás enamorado, tus pupilas pueden cambiar de tamaño a medida que tu cuerpo siente estas emociones.
Sus pupilas también pueden contraerse y dilatarse como resultado de una variedad de medicamentos y medicamentos. De hecho, los médicos a menudo iluminan los ojos del paciente con una luz para evaluar la reacción de la pupila y determinar si el cuerpo parece estar funcionando correctamente.