Recolección de Chatarra con fines de lucro

Cuando los productos metálicos que usamos en nuestra vida cotidiana ya no son útiles, se desechan o reciclan para su uso en otros productos o proyectos. Debido a que el metal es un recurso que se puede reciclar una y otra vez sin ninguna pérdida de calidad, los materiales reciclados son tan útiles para los fabricantes y constructores como los metales recién extraídos y forjados. Gracias al rasgo único de este elemento, la recolección de chatarra con fines de lucro es una tarea común, y a veces rentable.

La diferencia Entre Metales ferrosos y No Ferrosos

Antes de comenzar a recolectar chatarra con fines de lucro, es importante conocer la diferencia entre metales ferrosos y no ferrosos. La distinción entre los dos es la presencia de hierro. El metal ferroso es magnético y contiene hierro, lo que lo hace más fuerte que su contraparte, mientras que el metal no ferroso es más flexible y resistente a la corrosión.

Los desechos ferrosos típicos que se envían para su reciclaje incluyen cosas como maquinaria vieja, estufas, refrigeradores, congeladores y motores de automóviles. Los materiales reciclables de metal no ferroso, por su parte, generalmente provienen de cables y tuberías de cobre, accesorios de latón, revestimientos de aluminio, sillas y computadoras viejas. Las listas de desglose siguientes en qué categoría se encuentran los diferentes tipos de metales.

Metales ferrosos

  • Acero de aleación
  • Acero inoxidable
  • Acero al carbono
  • Hierro forjado
  • Hierro fundido

Metales no ferrosos

  • Aluminio
  • Latón
  • Cobre
  • Oro
  • Iridio
  • Plomo
  • Magnesio
  • Paladio
  • Platino
  • Plata
  • Estaño
  • Zinc

Entrar en la Colección de chatarra

Después de aprender a reconocer varios tipos de chatarra, es útil: familiarícese con los desguaces locales y su personal. Al establecer relaciones con distribuidores locales, obtendrá una mejor comprensión de los grados e identificación de los materiales, junto con los precios y otras oportunidades.

El distribuidor más cercano puede no ser su mejor apuesta. Algunos comerciantes, por ejemplo, pueden no tratar con coleccionistas de nivel de entrada, o solo pueden tomar ciertos tipos de metales. También hay otras consideraciones, como el precio pagado, y si el pago es en efectivo o con cheque. También es útil entender cómo funciona la fijación de precios de chatarra. Los precios tienden a fluctuar con las actividades diarias del mercado, por lo que es importante mantenerse al día con las tendencias de precios.

Hay varias maneras de mantenerse al día con los últimos precios de los metales. iScrap es una aplicación gratuita que puedes descargar que contiene un directorio de desguaces locales en los Estados Unidos y Canadá. También proporciona actualizaciones cargadas por los usuarios de los precios locales, junto con información de tendencias de precios de chatarra en su blog. Otro buen recurso es Metalary, un sitio que se actualiza con frecuencia con la información de precios más reciente.

Descensos en el precio del Reciclaje de chatarra

Aunque la recolección de chatarra ha sido rentable en el pasado, el precio de los metales ha disminuido drásticamente desde mediados y finales de la década de 2000. Después de superar un período difícil tras la crisis financiera de 2008 y soportar condiciones de mercado más duras en 2015, la industria del metal fue la que más luchó en 2019.

En 2019, específicamente, varios tipos de aluminio reciclado alcanzaron un mínimo de 30 años. Las restricciones impuestas por China a la importación de materiales reciclables de los Estados Unidos en mayo de 2018, junto con los aranceles de acero y aluminio impuestos a las importaciones chinas por el Presidente Trump en junio de 2018, agravaron el efecto de las caídas anteriores.

Asimismo, los aranceles de represalia de China, que es uno de los mayores importadores de chatarra producida en Estados Unidos, han tenido un impacto desfavorable en la industria del metal, dejando a Estados Unidos con un excedente de metal. Si bien el excedente ha dado lugar a precios más bajos para los fabricantes que compran metales como el aluminio para la producción, ha reducido las tasas y la demanda de reciclaje de chatarra.

Dónde encontrar chatarra

Determine cuáles son sus mejores oportunidades para encontrar chatarra y desarrolle rutas de recolección. Esto puede incluir pequeñas empresas, talleres de reparación de automóviles, sitios de demolición, negocios de plomería y recolección residencial. Si encuentra negocios que generan chatarra regularmente, es posible que desee crear una ruta que incluya recolección periódica. Puede que valga la pena hacer arreglos para dejar caer un contenedor en un negocio para acumular chatarra.

También puedes correr la voz localmente para recoger chatarra en lugares como Facebook Marketplace y Craiglist o a través de aplicaciones como OfferUp y LetGo. Del mismo modo, esté atento a los mensajes de otros usuarios en esas plataformas que buscan descargar automóviles inoperables o lavadoras, secadoras, lavaplatos y otros electrodomésticos viejos que no funcionan. Las ventas de garaje, las tiendas de segunda mano, las ventas de bienes raíces, las subastas y los mercados de pulgas también son buenos lugares para buscar lámparas de latón viejas u otros artículos de metal.

Cómo el reciclaje es beneficioso para el Medio ambiente

Aunque actualmente el reciclaje puede no ser tan rentable como antes, todavía hay muchas ventajas en la recolección de chatarra para reciclar. Uno de los principales beneficios del reciclaje es que ayuda a mantener los artículos no utilizados de los vertederos y disminuye la necesidad de extraer y procesar metales nuevos, lo que preserva los recursos.

Reciclar metales como el aluminio, por ejemplo, requiere un 95% menos de energía que para producirlo a partir de materias primas. También reduce la huella de carbono de la industria del metal. En 2013, la Agencia de Protección Ambiental estimó que el reciclaje impidió que alrededor de 186 millones de toneladas métricas de gases equivalentes a dióxido de carbono se liberaran a la atmósfera. Eso equivalía a mantener estacionados 39 millones de vehículos durante un año.

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