En el siglo XVI, durante el reinado de Rodolfo II, un anciano judío llamado Rabí Judah Loew vivió en Praga. Durante ese tiempo, el pueblo judío de Praga fue atacado y vivió sus vidas con miedo. El rabino Loew decidió proteger a los judíos de los pogromos creando el Golem, un gigante que, según la Cábala, podía hacerse de arcilla de las orillas del Moldava. Siguiendo los rituales prescritos, el Rabino construyó el Golem y lo hizo revivir recitando un encantamiento especial en hebreo. La palabra «emet», que significa» verdad», se colocó en la frente del Golem.
El Golem obedecería todas las órdenes del Rabino y ayudaría y protegería a la gente del Gueto judío. Sin embargo, a medida que crecía, también se volvió más violento y comenzó a matar gente y a propagar el miedo. Al rabino Loew se le prometió que la violencia contra los judíos se detendría si el Golem era destruido. El Rabino estuvo de acuerdo. Al eliminar la primera letra de la palabra «emet», cambiándola por» met «(que significa» muerte»), la vida fue sacada del Golem. Según la leyenda, el Golem fue devuelto a la vida por el hijo del rabino Loew, y todavía puede estar protegiendo Praga hoy en día.