Alergia al Yodo y al Marisco

Hay una leyenda urbana médica sobre la relación entre el yodo y las alergias a los mariscos que quiero ayudar a desacreditar. En el pasado remoto, los médicos creían que la alergia al marisco se debía al aumento de las cantidades de yodo presentes en el pescado y el marisco. Sabemos desde hace décadas que el alérgeno en el pescado es la parvalbúmina y en el marisco es la tropomisina, y ninguna de las proteínas tiene nada que ver con el yodo. A algunos pacientes se les ha dicho que si tienen alergia a los mariscos no pueden someterse a pruebas de contraste intravenosas, pero esto tampoco es cierto. Cuando los pacientes enumeran el «yodo» como alergia a medicamentos en sus formularios de ingesta, les pregunto si comen sal de mesa y señalo que la sal está yodada para que no sean alérgicos al yodo. De hecho, el yodo no es un alérgeno, es un mineral esencial que el cuerpo necesita para el funcionamiento normal de la tiroides. Otros pacientes tienen antecedentes de reacciones cutáneas a soluciones tópicas que contienen yodo, como la betadina, pero la reacción casi siempre se debe a otros productos químicos en la solución, no al yodo. La conclusión es que no existe tal cosa como una alergia al yodo y las personas que tienen alergias a los mariscos o a la betadina no tienen mayor riesgo de usar medios de contraste yodados que las personas con alergia al maní o al huevo. Si conoce a alguien que cree que es alérgico al yodo, comparta esta información con él.

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