Cómo organizar una Intervención de Alcohol

Los amigos y familiares de las personas que abusan del alcohol a menudo se sienten obligados a acercarse a la persona y discutir cómo el abuso de alcohol de esa persona afecta a todos los que la rodean. Al ver las acciones de una persona con un trastorno por uso de sustancias desde el exterior, a menudo está claro que las acciones de la persona son problemáticas y autodestructivas; sin embargo, la opinión subjetiva de la persona con un trastorno por consumo de sustancias es que sus acciones son «normales» para ella y no representan un problema. La diferencia entre el punto de vista objetivo de los forasteros y el punto de vista subjetivo del individuo con el trastorno por consumo de alcohol a menudo resulta en una reacción a ambos lados que conduce a la frustración, el resentimiento y la confusión para ambas partes.

Cuando el abuso de alcohol de una persona está afectando a otras personas a su alrededor, los amigos cercanos y los familiares de esa persona no tienen que sentarse de brazos cruzados. Se puede lograr un enfoque proactivo para señalar el comportamiento del individuo y lograr que haga algo al respecto. A menudo, la mejor manera de acercarse a un individuo sobre su consumo problemático de alcohol es organizar una intervención de abuso de alcohol para la persona.

Intervención para el Abuso de Alcohol

En el contexto actual, el término intervención se refiere a un intento estructurado y organizado por familiares y amigos de un individuo con un trastorno por uso de sustancias para señalar los aspectos disfuncionales y destructivos del comportamiento de ese individuo y convencerlo de que se someta a tratamiento. Debido a que muchas personas con trastornos por consumo de alcohol no son capaces de ver sus comportamientos de manera objetiva, el uso de una intervención de abuso de alcohol permite que la persona esté expuesta a numerosos puntos de vista con respecto a su abuso de alcohol.

La utilidad de una intervención radica en la capacidad de los participantes para apelar a la fuerza de los lazos del individuo con los miembros de la familia y amigos cercanos, sacarlos de sus propios motivos subjetivos y egoístas, y observar su comportamiento como individuos cercanos a ellos lo ven. Debido a que hay fuerza en los números, la intervención puede funcionar retirando a la persona con el trastorno por consumo de alcohol de su propio punto de vista subjetivo, abordando sus problemas con renuencia y negación, e implementando consecuencias indeseables si la persona continúa abusando del alcohol y decide no ingresar al tratamiento.

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