En los picos y valles de las relaciones entre hermanos se corre la voz de que el lugar más difícil de estar es el medio. Todo el mundo asume que el primogénito siempre es responsable y se convierte en un líder y el más joven se convierte en el más mimado y, por lo tanto, el más mimado. ¿Y el hijo del medio?
Los creyentes del Complejo del Hijo Medio afirman que los niños en este orden de nacimiento terminan siendo ignorados y aislados, lo que puede convertirse en sentimientos de inseguridad sobre su pertenencia. Los padres tienden a prestar atención a los logros del mayor y a las necesidades del menor, dejando al hijo del medio a su suerte. Algunas personas creen que si se permite que esto continúe durante un período de tiempo, puede causar problemas de confianza en sí mismo, síntomas de abstinencia y problemas con su capacidad de interacción social.
Este problema no solo afecta el desarrollo de ese niño en particular en el orden de nacimiento. Los niños del medio se describen a sí mismos como invisibles o invisibles. El niño del medio puede alimentar emociones negativas que pueden explotar si se les permite hervir a fuego lento. Si un padre pasa demasiado tiempo con otros hijos, sus hijos intermedios pueden acusarlos de favoritismo. Los celos también pueden estimular la rivalidad entre hermanos y las luchas internas entre la cría.
Aunque muchos individuos comparten la creencia de que el Complejo del Niño Medio es real, todavía hay una escasez de estudios científicos serios sobre este asunto. El Dr. Alfred Adler, un destacado psicoanalista austriaco en la década de 1920 y fundador de la psicología individual, propuso que el orden de nacimiento de una persona determina las facetas de su personalidad. Hoy en día, varios psicólogos, como el Dr. Ray Guarendi, hablan del Síndrome del Niño Medio como sentimientos de insuficiencia que se derivan de la falta de roles definitorios entre los hermanos. Expertos como el Dr. Guarendi sostiene que, a pesar de que las personas sienten firmemente los síntomas del Síndrome del Niño Medio, simplemente no se puede usar como diagnóstico, ya que no es un problema de salud mental respaldado por evidencia.
¿Qué debe hacer un hijo del medio?
Aunque no hay medios oficiales para abordar sus problemas, el lado positivo es que los niños intermedios que desarrollan grandes habilidades sociales terminan siendo los pacificadores en la familia. Dado que se les da cierto nivel de independencia, pueden terminar desarrollando iniciativa y creatividad. Los investigadores descubrieron que los niños del medio también se vuelven más sociables y extrovertidos, ya que aprenden a afirmarse y a decir lo que piensan. También tienen la oportunidad de estar tan bien adaptados como sus hermanos. Estar en la mitad de la cría no es fácil, pero puede estimular el crecimiento personal si los niños de la mitad reciben atención y cuidado.
Los padres no deben tener miedo de tener más de dos en la familia. La mejor manera de manejar el Síndrome del Niño Intermedio es prestarle al niño intermedio tanta atención como a los otros dos y fomentar su participación en actividades familiares. Las pequeñas bondades ofrecidas a los demás y del mismo modo dadas al hijo del medio asegurarán que él o ella se convierta en una persona en la que pueda confiar, hablar y respetar.