Guirnalda, guirnalda circular, generalmente tejida de flores, hojas y follaje, que tradicionalmente indica honor o celebración. La corona en el antiguo Egipto era más popular en forma de una coronilla hecha cosiendo flores a bandas de lino y atándolas alrededor de la cabeza. En la antigua Grecia, las coronas, generalmente hechas de olivo, pino, laurel, apio o palma, se otorgaban a los atletas victoriosos en los Juegos Olímpicos y como premios a poetas y oradores. Los jóvenes amantes de la antigua Grecia colgaban coronas en las puertas de sus amantes como señal de afecto. En Roma también se otorgaban coronas de laurel como marca de honor, especialmente a los funcionarios civiles y a los guerreros que regresaban. Durante el Renacimiento italiano (siglos XV–XVI), la costumbre de usar coronas en ocasiones festivas fue revivida. Más tarde, en la Inglaterra victoriana, una corona de flores a veces rodeaba la silla del invitado de honor en un banquete.
Las coronas han tenido tradicionalmente un significado religioso: los escritos de la mitología griega y romana contienen referencias a guirnaldas como símbolos de honor; durante la Edad Media (siglos v–XV) a menudo se hacían en forma de rosario; en el México del siglo XVIII, las monjas llevaban guirnaldas en la cabeza para significar alegría en el día en que profesaban sus votos religiosos; la guirnalda de adviento con cuatro velas es un símbolo cristiano de los cuatro domingos anteriores a Navidad.
La exhibición de una corona de Navidad decorativa, generalmente de hojas de acebo y bayas, es una costumbre que se encuentra en el norte de Europa, los Estados Unidos y Canadá. También es costumbre colgar una corona funeraria en la puerta de una familia para indicar dolor o colocar una corona de flores en el lugar de la tumba, donde su forma circular significa vida continua. Véase también garland.