¿Qué es el reflujo en bebés?
Un pequeño número de bebés que tienden a vomitar mucho también están experimentando lo que se denomina Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico (ERGE). Estos bebés tienden no solo a escupir con frecuencia, sino que también tienden a ser quisquillosos y a dormir mal. El reflujo es más común en bebés prematuros debido a sus sistemas gastrointestinales inmaduros, pero también puede ocurrir en bebés a término.
¿Cuáles son los síntomas del reflujo?
Los bebés con reflujo tienden a escupir con frecuencia después de las comidas y entre comidas, y pueden vomitar y mostrar molestias al regurgitar. La regurgitación relacionada con el reflujo suele ser relativamente clara y puede contener algunos trozos blancos.
Muchos de los bebés también se atragantan o se ahogan con la regurgitación, eructan mucho, tienen mucho hipo e incluso tienen mal aliento debido a que los alimentos ácidos semi-digeridos regresan a su esófago y boca.
En los casos más graves, el reflujo puede causar llantos graves después y entre las tomas, aumento de peso deficiente («retraso del crecimiento») y rechazo de alimentos o mamas. Estos bebés también pueden escupir bilis (líquido verde/amarillo) o sangre, desarrollar problemas crónicos en los senos nasales o en los oídos, e incluso desarrollar problemas respiratorios. Si cree que su bebé podría tener reflujo, debe ponerse en contacto con un profesional médico de inmediato.
¿Cómo puede nuestro médico tratar el reflujo con medicamentos?
La mayoría de los casos de reflujo no se tratan porque la práctica médica actual indica que el tratamiento solo se debe seguir si la regurgitación va acompañada de pérdida de peso o aumento deficiente de peso, asfixia por regurgitación u otras complicaciones médicas.
Su médico también puede realizar una o más pruebas para ayudar a determinar si su bebé tiene reflujo, como una sonda de pH de 24 horas, durante la cual se le pega un tubo por la garganta al bebé y el médico mide la cantidad de ácido en el esófago. Si su bebé está en el grupo pequeño que termina recibiendo tratamiento, hay una variedad de medicamentos para el reflujo que su médico puede decidir usar, como:
1. Antiácidos: Hay muchos antiácidos que contienen hidróxido de aluminio e hidróxido de magnesio, y neutralizan temporalmente los ácidos estomacales. No reducen la cantidad de ácido que produce el estómago, y tampoco duran mucho tiempo. Estos medicamentos incluyen Maalox, Mylanta, Leche de magnesio y Gaviscon.
2. Bloqueadores de histamina: Son medicamentos que pueden bloquear la producción de ácido en el estómago, como Zantac, Pepcid y Tagamet.
3. Agentes citoprotectores: Estos son medicamentos que generalmente cubren el revestimiento del esófago o el estómago con una capa protectora gruesa, e incluyen Carafate y Cytotec.
4. Inhibidores de la bomba de protones: Estos son medicamentos que bloquean por completo la producción de ácido en el estómago. Estos incluyen Prilosec, Prevacid, Zegerid y Nexium.
5. Procinéticos( ayudas a la movilidad): Estos son medicamentos que ayudan a mover los alimentos a través del estómago más rápido, reduciendo la posibilidad de que cualquier alimento permanezca en la parte superior del estómago y en la parte inferior del esófago durante un período prolongado de tiempo. Estos medicamentos incluyen Reglan, Motilium, y Urecholine.
¿Cómo pueden tratar los padres el reflujo?
Para los bebés que no tienen reflujo lo suficientemente grave como para justificar un tratamiento médico, es posible que su médico recomiende probar varios métodos en el hogar que pueden ayudar a aliviar los síntomas del reflujo en su bebé. Aquí hay algunos consejos útiles que pueden ayudar a su bebé (¡y a usted!). Es importante que siempre consulte a un médico antes de comenzar cualquier tratamiento (consulte nuestro descargo de responsabilidad completo aquí):
1. Mantenga a su bebé erguido durante al menos 30 minutos después de comer. Esto significa que no ponga a su bebé a dormir una siesta, no lo recueste, no lo siente (esto puede ejercer mucha presión en el estómago), no lo coloque en su asiento de seguridad y no lo recline en una gorila.
Intente sostener a su bebé sobre su hombro y sentarse en el sofá o pasearlo suavemente por la casa. También puedes usar un portabebés que los mantenga erguidos, ¡como uno de nuestros mejores portabebés del año! También trate de no hacer ninguna actividad durante 30 minutos, y de mantenerlas tranquilas y relajadas. Cuanto más tiempo permita que la gravedad haga su magia, menos probable será que su bebé escupa después de alimentarse.
2. Evite la ropa ajustada que ejerce presión sobre la barriga.
3. Si es posible, amamantar al bebé (en lugar de darle leche de fórmula) puede reducir la probabilidad de reflujo. La leche materna actúa como un antiácido natural.
4. Algunos bebés responden bien a que la leche materna o la fórmula se espese con cereales de arroz o avena. Los alimentos espesados tienden a asentarse mejor en el estómago (porque son más pesados) y también tienden a tener más calorías (lo que puede ayudar a aumentar de peso). Siempre consulte con el pediatra de su hijo antes de considerar este enfoque.
5. Trate de tener alimentos más pequeños y más frecuentes a lo largo del día, en lugar de alimentar a su bebé solo cuando sepa que tiene hambre. Esto puede ayudar a su bebé a reducir la velocidad de su alimentación y evitar que se llene demasiado el estómago.
6. Hay alguna evidencia de que, si está amamantando, puede ayudar a su bebé si elimina ciertos alimentos de su dieta. A algunas madres les resulta útil eliminar productos lácteos (leche, queso, helado, mantequilla), cafeína (café, té), alimentos grasos, alimentos cítricos (naranjas, limón) y alimentos picantes. Hay algunos libros geniales que te ayudarán a guiarte a través de este proceso.
7. Siempre haga eructar a su bebé durante y después de las comidas. Pare después de cada 5-10 minutos de alimentación para eructar a su bebé, y también eructe al final de la alimentación. Esto puede ayudar a eliminar las burbujas de aire del estómago que pueden actuar para empujar los alimentos semi-digeridos hacia el esófago.
8. Trate de darle a su bebé un chupete. Para 0-3 meses, sugerimos el chupete de ortodoncia Philips Avent, y para los bebés mayores de 3 meses, sugerimos chupetes de ortodoncia, como el Philips Avent Freeflow. Los chupetes pueden ayudar a aumentar la producción de saliva de su bebé. La saliva es alcalina y puede ayudar a reducir parte de la acumulación de ácido que puede ocurrir en el esófago.
9. ¡Prueba el masaje infantil! Esto puede ser una experiencia de unión divertida y relajante para la madre y el bebé, y hay algunas técnicas de masaje para bebés que se han encontrado particularmente efectivas para disminuir los síntomas del reflujo.