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Las supersticiones que rodean la suerte y la buena fortuna de las herraduras han existido durante cientos de años, datando de los primeros europeos y las Cruzadas. Nadie sabe con certeza dónde comenzaron estas supersticiones o cómo aprovechar mejor la suerte de la herradura, pero se cree comúnmente que las herraduras son, de hecho, muy afortunadas.

Los primeros europeos occidentales creían que las herraduras, que eran más comúnmente forjadas de hierro en ese momento, tenían suerte porque la sustancia metálica podía ahuyentar el mal. Muchos cuentos populares de la región cuentan que las hadas traviesas y maliciosas son mantenidas a raya por el hierro. Estos primeros europeos paganos también encontraron que la forma de luna creciente de herraduras era un símbolo de fertilidad y buena suerte.

En la Edad Media, las herraduras adquirieron un poder extra de suerte debido al mayor temor a la brujería. Se pensaba que las brujas tenían miedo de los caballos, explicando por qué viajaban en escobas, y tenían miedo de cualquier cosa que les recordara al animal, incluidas las herraduras. Se dice que una herradura puede repeler una bruja como un crucifijo podría repeler a un vampiro.

Herraduras vs. Impuestos

Durante las Cruzadas del siglo XII, se aceptaban herraduras para pagar impuestos y se clavaba un zapato de plata de la suerte en la parte inferior del pie de un caballo justo antes de un desfile.

A principios de la Edad Media, cuando el catolicismo comenzó a reemplazar al paganismo en Europa, St. Se dice que Dunstan calzó al diablo, haciendo que el diablo temiera a las herraduras. Se dice que el diablo se acercó a la forja de San Dunstán una noche y le pidió que le herraran los pies con pezuñas. San Dunstán, reconociendo al diablo, hizo que su herradura fuera terriblemente dolorosa. Cuando el diablo finalmente fue liberado, fue con la promesa de nunca cruzar el umbral de una casa con una herradura colgando sobre la puerta por temor a sufrir otro doloroso herraje.

Esta es quizás la razón por la que incluso hoy en día se considera una buena suerte colgar una herradura sobre la puerta, aunque nadie parece estar de acuerdo sobre cómo se debe colgar el zapato.

¿Tacones arriba? ¿O talones abajo?

Algunas personas creen que los tacones colgados en herradura evitarán que toda la buena suerte se caiga del zapato, mientras que otros creen que los tacones colgados en herradura cubrirán a todos los que pasen por debajo con buena suerte.

El jurado aún no sabe cuál es la correcta.

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