Los hoyuelos sacros que son menores y poco profundos generalmente no tienen complicaciones y no hay factores de riesgo conocidos. Estos hoyuelos no requieren ningún tratamiento.
Sin embargo, las fosas más profundas que continúan dentro del cuerpo pueden vincularse directamente a la médula espinal o al colon. Esto también puede causar una erupción crónica. En estos casos, el hoyuelo debe cerrarse.
Las fosas más profundas a menudo pueden infectarse y se puede desarrollar un absceso o quiste. A menudo, este tipo de crecimiento no ocurre hasta que la persona está en la adolescencia.
No se conoce ninguna relación entre la presencia de un hoyuelo sacro y el disrafismo espinal o la fusión incompleta de la columna vertebral o la médula espinal.
Si existe la preocupación de que el hoyuelo sacro sea un signo de un problema subyacente, a menudo la primera prueba que se realiza es una ecografía para evaluar el canal espinal. Por lo general, se lleva a cabo dentro de los 3 o 4 meses posteriores al nacimiento del niño.
Si las pruebas muestran un problema de nacimiento relacionado con un hoyuelo sacro, el bebé puede someterse a una evaluación y un diagnóstico adicionales para el tratamiento. Esto puede incluir imágenes por resonancia magnética (IRM).
A veces, los hoyuelos sacros grandes o profundos son un signo de un defecto de nacimiento que afecta la médula espinal o los huesos de la columna. La más común es la espina bífida oculta, cuando hay una pequeña irregularidad en una de las vértebras.
Las personas preocupadas por un hoyuelo sacro deben comunicarse con su médico si notan cualquiera de los siguientes síntomas:
- drenaje de pus
- enrojecimiento
- hinchazón
- sensibilidad
Un médico examinará la historia clínica de una persona y le hará un examen físico antes de decidir la mejor acción a tomar.
Síndrome de cordón atado
Un hoyuelo sacro también puede indicar un problema subyacente conocido como síndrome de cordón atado. Esta es una fijación de la médula espinal que limita el movimiento de una persona.
En un niño, esto puede significar un aumento de la tensión en la médula espinal a medida que crecen, lo que puede conducir a varios problemas neurológicos. En la mayoría de los casos, el individuo experimentará problemas en la infancia, pero es posible que no aparezcan hasta la edad adulta.
Los síntomas de este síndrome incluyen:
- dolor lumbar
- dolor o entumecimiento en las piernas
- debilidad en las piernas
- dificultad para caminar
- deformidades en los pies o la columna vertebral
- pies arqueados altos y dedos en martillo
En la mayoría de los casos, el síndrome de cordón atado se diagnosticará mediante una resonancia magnética o una tomografía computarizada (TC). En algunos casos, la electromiografía también se utilizará para evaluar la función nerviosa.
Se utilizará tratamiento quirúrgico para desenredar la médula espinal. El tipo de cirugía dependerá de los casos individuales, los síntomas y las circunstancias.