Neumonía

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Tal vez asocies la neumonía con una escena dramática de una película, que involucre hospitalizaciones prolongadas, carpas de oxígeno y miembros de la familia susurrando, apiñados al costado de la cama. Es cierto que la neumonía puede ser grave. Pero, con más frecuencia, la neumonía es una infección que puede ser tratada fácilmente en casa sin necesidad de ir a un hospital.

¿Qué es la neumonía?

La neumonía es una infección en los pulmones. Cuando alguien tiene neumonía, el tejido pulmonar se puede llenar con pus y otros líquidos, y esto dificulta que el oxígeno de los sacos de aire (alvéolos) de los pulmones llegue al torrente sanguíneo. Cuando una persona tiene neumonía, puede tener dificultad para respirar y tener tos y fiebre; ocasionalmente, pueden aparecer otros síntomas, como el dolor de pecho o abdominal y vómitos.

A menudo, la neumonía es causada por virus, como el virus de la influenza y el adenovirus. Otros virus, como el virus sincitial respiratorio y el metapneumovirus humano, son causas comunes de neumonía en niños pequeños y bebés.

Algunas bacterias, como el Streptococcus pneumoniae también pueden causar una neumonía. Las personas con neumonía bacteriana, usualmente, se sienten peor que aquellas que tienen una neumonía viral, pero pueden ser tratadas con antibióticos.

Tal vez, hayas escuchado los términos «doble neumonía» o «neumonía atípica». Doble neumonía simplemente significa que la infección es en ambos pulmones. Es común que la neumonía afecte a ambos pulmones, así que no te preocupes si el médico te dice que esto es lo que tienes, no significa que estés el doble de enfermo.

La neumonía atípica se refiere a la neumonía que es tan suave que quizás no te des cuenta de que la tienes. La neumonía atípica recibe este nombre porque es diferente de la neumonía bacteriana y es común en adolescentes. A menudo, es causada por un microorganismo diminuto, Mycoplasma pneumaniae. Al igual que la neumonía bacteriana típica, la neumonía atípica también puede tratarse con antibióticos.

¿Cuáles son los signos y los síntomas?

Es común que una persona con neumonía comience con algo suave, como tos o dolor de garganta, síntomas que también suelen presentarse en otras infecciones. Pero la neumonía es un poco peor porque la infección baja directo a los pulmones.

Una persona con neumonía podría tener los siguientes síntomas:

  • fiebre (usualmente una temperatura superior a 101 °F/38,5 °C)
  • escalofríos
  • tos
  • respiración agitada (una persona podría usar la panza o los músculos del cuello para ayudarse a respirar)
  • resuello o respiración sibilante
  • dificultad para respirar
  • dolor de pecho o abdominal
  • pérdida del apetito
  • cansancio
  • vómitos y deshidratación

Cuando la neumonía es provocada por bacterias, la persona suele enfermarse rápidamente, con temperatura elevada y dificultad para respirar. Cuando es provocada por un virus, la enfermedad se presenta más gradualmente y podría ser menos grave.

Los síntomas de la persona pueden ayudar al médico a identificar el tipo de neumonía. La bacteria Mycoplasma pneumoniae, por ejemplo, a menudo provoca dolores de cabeza y de garganta, y sarpullido, además de los síntomas descriptos anteriormente.

¿Puedo prevenir la neumonía?

Las vacunas de rutina que la mayoría de las personas reciben cuando son niños, ayudan a prevenir ciertos tipos de neumonía y otras infecciones. Si tienes una enfermedad crónica, como la enfermedad de células falciformes, es posible que hayas recibido vacunas adicionales y antibióticos preventivos para ayudar a prevenir la neumonía y otras infecciones provocadas por bacterias.

La gente debe aplicarse la vacuna contra el neumococo si tienen enfermedades que afectan su sistema inmunitario (como diabetes, SIDA, o cáncer), si tienen 65 años o más, o si pertenecen a otros grupos de alto riesgo. Estas personas también pueden tomar antibióticos para prevenir la neumonía, según el tipo de germen que pueda afectarlos, así como un medicamento antiviral para prevenir o disminuir los efectos de la neumonía viral.

Los médicos recomiendan que todos los niños mayores de 6 meses se apliquen la vacuna antigripal anualmente. Esto se debe a que una persona con gripe puede empeorar y contraer una neumonía. Llama al consultorio de tu médico o al departamento de salud local para averiguar cuándo están disponibles estas vacunas.

Como la neumonía es mayormente provocada por gérmenes, una buena manera de prevenirla es mantenerte alejado de aquellos que sabes que tienen neumonía u otras infecciones respiratorias. Usa tus propios vasos y cubiertos; lávate las manos a menudo con agua tibia y jabón, y evita tocar toallas o pañuelos de papel usados.

También puedes mantenerte fuerte y ayudar a evitar algunas de las enfermedades que provocan neumonía si comes lo más saludable posible, descansas un mínimo de 8 a 10 horas por noche y no fumas.

¿Cuánto dura?

Lleva cierto tiempo comenzar a sentirse mal después de haber estado expuesto a un germen. Este tiempo de espera es conocido como «período de incubación», y depende de muchos factores, especialmente, del tipo de germen que está causando la enfermedad.

Por ejemplo, la neumonía por el virus de la influenza puede manifestarse en tan solo 12 horas o hasta 3 días después de que una persona haya estado expuesta al virus de la gripe. En cambio, una persona con neumonía atípica, quizás no note ningún síntoma hasta después de 2 o 3 semanas de haberse infectado.

La mayoría de los tipos de neumonía desaparecen en una o dos semanas, a pesar de que la tos puede perdurar por unas pocas semanas más. En casos graves, la recuperación completa puede llevar más tiempo.

¿Cuándo debo llamar al médico?

Si crees que podrías tener neumonía, avísales a tus padres o a un adulto y asegúrate de ver a un médico. Presta atención a tu respiración; si tienes dolor de pecho o dificultad para respirar, o si tus labios o dedos están azules, dirígete al consultorio del médico o a la sala de emergencias de un hospital inmediatamente.

¿Cómo se trata la neumonía?

Si los médicos consideran que una persona tiene neumonía, le harán un examen físico y podrían solicitar una radiografía de tórax y un análisis de sangre. A las personas con neumonía bacteriana o atípica, probablemente se les recetarán antibióticos para tomar en el hogar. El médico también puede recomendar reposo absoluto y beber mucho líquido.

Algunas personas con neumonía necesitan ser hospitalizadas para mejorar; normalmente, son los bebes, los niños pequeños o las personas mayores de 65 años. Sin embargo, un adolescente también podría ser hospitalizado en los siguientes casos:

  • ya tiene problemas en su sistema inmunitario
  • tiene fibrosis quística
  • está extremadamente deshidratado o está vomitando demasiado y no puede retener los líquidos y los medicamentos
  • ha tenido muchas veces neumonía
  • tiene la piel azul o pálida, lo cual es un indicador de que los pulmones no están recibiendo suficiente oxígeno.

Cuando los pacientes con neumonía son hospitalizados, el tratamiento podría incluir antibióticos por vía intravenosa (IV) (se administran a través de una aguja insertada en la vena) y terapia respiratoria (tratamientos respiratorios). En los casos más graves, las personas podrían necesitar ser hospitalizadas en la unidad de cuidados intensivos.

¿Cómo puedo ayudar a mejorarme?

Si tu médico te ha recetado un medicamento, sigue las instrucciones cuidadosamente.

Te puedes sentir mejor en un ambiente con un humidificador, que incrementa la humedad en el aire y alivia la irritación de los pulmones. Asegúrate de beber abundante líquido, especialmente, si tienes fiebre. Si tienes fiebre y te sientes incómodo, consúltale al médico si puedes tomar algún medicamento de venta libre, como paracetamol o ibuprofeno para bajarla. No tomes ningún medicamento sin consultarlo previamente con tu médico; un antitusivo, por ejemplo, tal vez impida que tus pulmones eliminen el moco por sí solos.

Por último, asegúrate de descansar. Este es un buen momento para dormir, ver televisión y estar recostado. Si cuidas bien de tu cuerpo, este se recompondrá y podrás volver a tu vida normal en poco tiempo.

Revisado por: Rupal Christine Gupta, MD
Fecha de revisión: agosto de 2014

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