Antecedentes: Ha habido muchos informes de rizotomía facetaria por radiofrecuencia percutánea, quizás mejor conocida como denervación facetaria, generalmente realizada bajo anestesia general, con tasas de éxito inconsistentes.
Objetivos: Reportar los datos de resultados de los autores utilizando anestesia general y local y reevaluar el valor de este controvertido procedimiento.
Métodos: Se analizó nuestra experiencia con 118 rizotomías facetarias de radiofrecuencia percutáneas consecutivas realizadas en 90 pacientes del Toronto Western Hospital. El sesenta por ciento de los procedimientos se realizaron con anestesia general, el 40% con anestesia local. Todos los pacientes habían sido prácticamente aliviados temporalmente del dolor después del bloqueo anestésico local de las facetas del sujeto por un radiólogo independiente.
Resultados: Los pacientes fueron monitorizados de 1 a 33 (media de 5,6) meses después de la cirugía, con eliminación completa o una reducción subjetiva del dolor superior al 50% considerada como criterio de éxito. En el primer o único procedimiento, este porcentaje fue del 41% en general, el 37% en los casos realizados con anestesia local y el 46% en los casos realizados con anestesia general (diferencia no estadísticamente significativa p=0,52). No hubo diferencia estadísticamente significativa en las tasas de éxito de los procedimientos realizados en las facetas cervical, torácica o lumbosacra, con denervaciones unilaterales versus bilaterales, cuando se denervaron de dos a tres en comparación con más de tres facetas, ni para las operaciones realizadas en pacientes que habían tenido cirugía espinal previa en comparación con aquellos que no la habían tenido. Los resultados no fueron mejores, independientemente de si la hiperextensión de la columna vertebral agravó o no el dolor preoperatorio del paciente, y cuando los procedimientos se repitieron en el mismo paciente, los resultados tendieron a ser consistentes, argumentando en contra de la repetición de denervaciones facetarias fallidas. La morbilidad fue baja, siendo el principal problema la pérdida sensorial y el dolor neuropático transitorio en la distribución de las ramas cutáneas de los ramales posteriores en las áreas cervical y torácica; la mortalidad fue cero.