VIH / Sida

Otros datos

Enfermedades oportunistas

Estas patologías engloban un conjunto de enfermedades que, como su nombre indica, aprovechan «oportunamente» la situación de bajas defensas de los pacientes VIH positivos para introducirse en el organismo. En muchos casos, se trata de enfermedades que no se desarrollarían si el sistema inmunológico no se hallase mermado. Esto no significa que estas enfermedades sean únicamente propias de una persona con VIH, hay muchas otras patologías además del sida, que pueden dañar al sistema inmune. Como siempre, solo el médico puede determinar el diagnóstico, que en este tipo de enfermedades requiere, junto con el examen de los síntomas, un análisis de laboratorio. Algunas de las más frecuentes son:

  • Neumonía por Pneumocystis carinii.
  • Tuberculosis.
  • Candidiasis.
  • Citomegalovirus.
  • Herpes.
  • Infecciones por Mycobacterium avium (MAC).
  • Toxoplasmosis.
  • Sarcoma de Kaposi.

Sida e inmigración

Una investigación realizada por el Instituto de Salud Carlos III de Madrid y presentada en el VII Congreso GeSIDA en diciembre de 2015 reveló que el 54 por ciento de los inmigrantes que residen en Europa y que son seropositivos contraen el VIH una vez llegan al continente. Este porcentaje se eleva en el caso de los hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres (el 72 por ciento) y de los usuarios de drogas inyectadas (67 por ciento). En cuanto a las zonas de origen, la adquisición post-migración del virus del sida se detectó con mayor frecuencia en inmigrantes procedentes de América Latina y Caribe (68 por ciento), países en los que se producen más relaciones homosexuales. Por el contrario, las personas provenientes de África Subsahariana se infectaron en sus lugares de origen en un 22 por ciento de los casos analizados en el estudio.

Sida y mujer

Las mujeres merecen un capítulo especial en VIH/sida, porque como colectivo poblacional está experimentando un gran incremento de nuevos casos de infección, sobre todo las africanas y latinoamericanas. Además, el contagio por vía sexual de varón infectado a mujer es mucho mayor (unas ocho veces más) que el opuesto, de mujer infectada a hombre. Las razones pueden encontrarse en que, por el momento, son más los hombres infectados que las mujeres y, además, los órganos sexuales de la mujer ofrecen un área de exposición mayor que la del varón.

Las mujeres cuentan con otras dos características que les confieren cierta peculiaridad ante el VIH/sida: la prevención no siempre depende de ellas y, además, forma parte de uno de los tipos de transmisión viral, la de madre a feto. Respecto a la prevención, hay que tener en cuenta que la vía de contagio más frecuente entre las mujeres son las relaciones heterosexuales (son muy pocos los casos, aunque existen, de contagio por relación homosexual femenina).

La posibilidad de evitar la transmisión en una relación heterosexual depende del empleo del preservativo y esto es algo ligado muy estrechamente a ciertos elementos culturales y de género. La desigualdad en el seno de una relación heterosexual puede influir en el uso del preservativo, el único método anticonceptivo que además, protege frente a la transmisión del sida y otras infecciones de transmisión sexual (ITS). Junto con esta susceptibilidad a ser infectada, la mujer genera un riesgo adicional de contagio al asumir una maternidad. Los niños y las mujeres constituyen más de la mitad de las personas infectadas por el virus del sida en todo el mundo. La transmisión del virus puede producirse durante la gestación, en el momento del parto (transmisión perinatal) o posteriormente, durante la lactancia.

Es importante saber que aunque «as mujeres no son el grupo mayoritiario de pacientes por VIH hay que prestarle atención ya que el «15% de nuevos diagnoticos se produce en mujeres». En ellas «el mecanismo de transmisión es a través de las relaciones heterosexuales, mayoritariamente, pero también hay casos que se produce por el consumo de drogas inyectadas», señala Díaz. En cuanto a la edad, «los hombres son diagnosticados a una edad más joven que las mujeres».

Es importante señalar que «más de la mitad de los nuevos diagnósticos se producen en España, son de mujeres que proceden de otros países, a diferencia de los hombres, donde el porcentaje baja al 36%». Los países de origen son, sobre todo, America Latina y África Subsahariana.

Lactancia materna

La madre seropositiva debe sopesar el riesgo que supone amamantar al recién nacido -otra de las posibles vías de transmisión-, aunque en los países subdesarrollados puede que no exista otro medio de alimentación para el neonato. En estas regiones la OMS aconseja la lactancia, aún con el riesgo de transmitir el VIH, porque el efecto protector de la leche materna evita que el recién nacido muera por otras infecciones. Si a pesar de las precauciones tomadas durante el embarazo y el parto, el recién nacido acaba infectándose, el médico estudiará el tratamiento que debe seguir.

Aproximadamente, el 20 por ciento de los niños seropositivos desarrolla sida durante su primer año de vida y fallece a los 4 años. El 80 por ciento restante experimenta una progresión más lenta y no empieza a presentar los síntomas más graves hasta la adolescencia, de hecho suelen tener un peso y un crecimiento normales, aunque pueden aparecer problemas en el aprendizaje y ciertas capacidades motoras, como caminar.

Los niños VIH positivos sufren con mayor frecuencia que los no infectados enfermedades e infecciones (infecciones oportunistas). Las más comunes son neumonías -la principal causa de muerte entre los pequeños infectados-, citomegalovirus y una enfermedad poco frecuente entre los adultos, la neumonitis intersticial linfocítica, condición que merma progresivamente la función respiratoria -como la neumonía- y a menudo requiere hospitalización.

Convivir con el sida

Los expertos de Gesida destacan que las personas infectadas por VIH que siguen un tratamiento correcto no contagian en la convivencia y no deben ser discriminadas ni rechazadas por razón de esta enfermedad. Las únicas personas que ponen en riesgo de contagio son las no diagnosticadas, las que no lo saben, y sobre esto es sobre lo que hay que trabajar.

He aquí algunas recomendaciones para prevenir infecciones y enfermedades en las personas seropositivas:

  • Lávese las manos a menudo, con agua y jabón durante al menos 15 segundos, así evitará transmitirle gérmenes al paciente. Si sus manos se secan puede utilizar cremas hidratantes, pero no deje de lavarlas. Sea especialmente cuidadoso si tiene catarro o gripe.
  • Cubra sus heridas y cortes, incida en las de las manos. Si tiene que curar alguna herida de la persona infectada utilice guantes desechables. Empléelos también si tiene que limpiar el cuarto de aseo o recoger las heces o vómitos de una persona seropositiva, así como para lavar boca, recto o genitales de estos pacientes.
  • Si tiene que administrar medicamentos a un VIH positivo a través de inyecciones, extreme precauciones para no pincharse, ya que es una posible vía de infección, pero no se deje dominar por el pánico si por error se pincha porque hay un 99 por ciento de posibilidades de que no se infecte. Lave cuidadosamente la zona del pinchazo con agua y jabón y acuda al médico para que le aconseje sobre qué hacer.
  • Procure alejar a las personas enfermas de la persona infectada. Cualquier enfermedad leve y común, como un resfriado, puede perjudicar a un seropositivo. Si está enfermo, emplee mascarillas que protejan al paciente de posibles contagios.
  • Tenga cuidado con las mascotas. Tener un animal de compañía puede beneficiar emocionalmente a una persona infectadas, sin embargo es preferible que evite tocar sus heces, los lugares donde vive o los útiles donde come.
  • Mantenga la casa limpia. El polvo puede contener gérmenes patógenos para un VIH positivo.
  • Una persona infectada por el virus del sida puede cocinar sin peligro de contagiar a nadie. Solo hay que incidir en la higiene. En caso de que la persona que cocina tenga diarrea (sea VIH+ o no) no debe cocinar, porque aparece causada por distintos gérmenes que pueden transmitirse con la manipulación de los alimentos. Las personas no infectadas pueden compartir con toda tranquilidad la vajilla con los seropositivos; los VIH+ no necesitan vasos, platos o cubiertos separados, ni tampoco hay que lavarlos de forma especial, únicamente, con agua caliente y detergente.
  • Procure que la habitación del paciente se encuentre cerca del cuarto de baño.

Los pacientes con VIH/sida pueden vivir con su enfermedad durante mucho tiempo y hacer una vida completamente normal y seguir trabajando, siempre que cumplan las pautas aconsejadas por su médico, coman adecuadamente, duerman con regularidad y eviten el sedentarismo. Sin embargo, la posibilidad de transmisión, el carácter crónico de esta enfermedad y el complejo tratamiento, pueden hacer mella en el paciente y provocar frustración, rabia o depresión. Estas son algunas pautas que pueden observar las personas que conviven con un VIH positivo, para que no se sienta solo y sí algo más comprendido.

  • Respete su independencia y privacidad.
  • No tome decisiones por esa persona, ni haga todo por ella.
  • A nadie le gusta sentirse inútil. Deje que le ayude en todo lo que pueda o quiera. Es importante que dentro de la casa se sienta parte del grupo.
  • Charlen, conversen. Si quiere hablar de su enfermedad o de cómo se siente ante ella, escúchelo, intente entederlo y apoyarlo. Invite amigos a que lo visiten.
  • Fomente su sociabilidad. Salgan a cenar, al cine o a dar un paseo por el parque.
  • El contacto físico como un beso o cogerse de la mano es una forma de expresión, que adquiere connotaciones especiales para una persona con una enfermedad contagiosa como el sida.
  • Indague sobre qué cosas le hacen sentir más cómodo en casa. Pregunte si quiere o necesita ayuda en el aseo diario, por ejemplo, hay personas que sienten vergüenza al pedirla, aunque la necesiten.

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