La gestión de los desechos orgánicos es un gran dilema para los países en desarrollo. Genera olores desagradables y ayuda a las ratas, moscas, insectos y mosquitos a multiplicarse y propagar enfermedades. A medida que se descompone, los residuos orgánicos generan metano, un gas que contribuye significativamente al calentamiento global. El año pasado, Daniel Hoornweg, Perinaz Bhada-Tata y Chris Kennedy predijeron en un artículo en la revista Nature que se espera que la tasa global de generación de residuos sólidos se triplique para el año 2100. Esta es una mala noticia porque si la inversión en la gestión de residuos sólidos en los países en desarrollo sigue siendo tan baja como lo es hoy, el mundo corre el riesgo de un deterioro ambiental irreversible.
Desviar residuos orgánicos para su uso como recurso es una oportunidad perdida para algunos países en desarrollo, ya que el 64% de los residuos generados en los países de bajos ingresos son orgánicos según el informe What a Waste. Los países en desarrollo tienen enormes incentivos para convertir los desechos orgánicos en un recurso. El beneficio para el medio ambiente es enorme, y esto podría hacerse de una manera rentable. Por ejemplo, los desechos orgánicos podrían convertirse en compost para cultivar, reduciendo la dependencia de los fertilizantes químicos, o los desechos orgánicos limpios podrían utilizarse para alimentar a los animales.
Los encargados de adoptar decisiones en algunos países en desarrollo ya están aplicando de manera proactiva políticas y ofreciendo incentivos para reducir la cantidad de desechos que van a los vertederos. El municipio de Ningbo (China), por ejemplo, genera unas 3.300 toneladas de residuos al día, lo que agota sus dos vertederos y dos plantas de incineración. En respuesta a esta crisis, el municipio, en asociación con el Banco Mundial, está implementando el Proyecto de Minimización y Reciclaje de Residuos Sólidos Municipales de Ningbo, que permitirá al municipio adquirir las tecnologías y los equipos necesarios para apoyar un nuevo programa que tiene como objetivo aumentar la separación de los residuos en origen en cuatro corrientes: reciclables, residuos orgánicos, residuos peligrosos y otros residuos. Los desechos orgánicos separados se transformarán en electricidad y fertilizantes para los cultivos. Para aumentar la participación, se proporcionan incentivos financieros a los grupos comunitarios para que separen adecuadamente los desechos en las cuatro corrientes. Esperamos que esto conduzca a un aumento en la separación de desechos y aliente a las comunidades a ser más conscientes y actuar para cosechar sus beneficios.
Del mismo modo, el Estado de Penang (Malasia) adoptó una política en 2012 con el objetivo de desviar la mayor cantidad posible de residuos orgánicos de su vertedero. Siguiendo esta nueva política, los empresarios del sector privado local están respondiendo desarrollando nuevas tecnologías para convertir los desechos orgánicos en fertilizantes y generar ingresos.
Los países desarrollados también están tratando de abordar cuestiones relativas a la gestión de los desechos orgánicos. El estado de Massachusetts ha aprobado recientemente una nueva regulación que prohíbe los desechos orgánicos comerciales de los vertederos en un esfuerzo por reducir la cantidad de desechos desechados en los vertederos. La razón para prohibir los residuos orgánicos comerciales en Massachusetts está impulsada por la creciente cantidad de residuos generados en este estado pequeño y densamente poblado, donde la capacidad de los vertederos es limitada y los costos de eliminación son altos. Massachusetts se convirtió en el primer estado de EE.UU. en imponer tal prohibición, y esperamos que otros estados de EE.UU. le sigan. No debemos subestimar el valor que hay en nuestra basura. Con el rápido crecimiento de la cantidad de residuos y las crecientes limitaciones de recursos, tenemos que ser creativos en la forma en que transformamos nuestra basura en un recurso valioso. Los residuos orgánicos que generalmente hacen la mayor parte de la basura que desechamos se pueden manejar de una manera más inteligente.