¿Alguna vez ha visto volar un avión a través de un cielo azul claro? A veces es fácil trazar el camino de un avión, porque deja una raya blanca en el cielo. Sin embargo, después de un tiempo, la trayectoria del avión se desvanece y desaparece en el aire.
Esas rayas blancas que dejan los aviones son en realidad nubes artificiales. Se llaman estelas, que es una versión abreviada de la frase «rastro de condensación».»
Los motores de avión producen gases de escape, al igual que los motores de automóviles. A medida que los gases de escape calientes escapan de un avión, el vapor de agua en los humos golpea el aire. A alturas de 26,000 pies o más, el aire es extremadamente frío (a veces más de -40° F!).
El aire frío hace que el vapor de agua se condense. Esto significa que los gases de vapor de agua se convierten en pequeñas gotas de agua o incluso se congelan en pequeños cristales de hielo antes de evaporarse finalmente. Este vapor de agua condensado y una mezcla de cristales de hielo conforman los senderos en forma de nube que se ven en el cielo.
Si alguna vez has visto un espectáculo aéreo, es posible que hayas visto aviones creando mensajes en el cielo con lo que parecen nubes. ¿Son estelas? No exactamente
Los Skywriter utilizan aviones pequeños equipados con máquinas de humo especiales para volar en patrones especiales para crear mensajes escritos visibles desde el suelo. Las máquinas de humo generalmente consisten en recipientes presurizados llenos de aceite. A las órdenes de un piloto, las máquinas rocían aceite en el sistema de escape caliente del avión, donde se quema rápidamente y crea nubes de humo blanco denso.
Los pilotos tienen que aprender a volar patrones especiales y trabajar la máquina de humo con cuidado para poder crear sus mensajes únicos en el cielo. Desde anuncios hasta propuestas de matrimonio, los mensajes pueden ser prácticos, personales o simplemente tontos.
La escritura en el cielo se remonta a mucho tiempo atrás. Hay informes de escritores de cielo exitosos antes de la Primera Guerra Mundial, posiblemente ya en 1915. Hoy en día, los redactores del cielo aprovechan la navegación por satélite para programar mensajes antes del vuelo, aumentando así la precisión.