Resumen
La política de vacunas todavía suscita contenciones y sentimientos controvertidos similares hoy en día como lo hizo en 1905 debido a la tensión duradera entre las intervenciones de salud pública y las libertades individuales, entre los derechos del individuo y las reivindicaciones de lo colectivo. Esta Nota considera la justificación para conceder exenciones de vacunas en un caso, pero retenerlas en otro; por qué un tribunal da una deferencia sustancial al poder del Estado con respecto a la vacunación, y otro demuestra un respeto considerable por las libertades civiles en la política de vacunas.
Se ha sugerido que el pragmatismo y la agudeza política, en lugar de una adhesión doctrinal a la teoría epidemiológica o a los principios éticos, han guiado la política de vacunas hacia el logro de su nivel actual de éxito. Esta Nota considera que para mantener y mejorar este nivel de éxito, las cuestiones cruciales de los avances en el conocimiento científico y médico, los cambios en el papel de las instituciones gubernamentales y la evolución de la jurisprudencia del derecho constitucional deben informar la formulación de políticas sobre vacunas para salvaguardar efectivamente la salud pública y preservar al mismo tiempo la inviolabilidad de los derechos individuales.