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3. Discusión

El osteoblastoma es un tumor óseo primario poco frecuente que representa solo 1% de todos los tumores óseos y aproximadamente 3,5% de todos los tumores óseos benignos.1,2 Los sitios más comúnmente afectados son la columna vertebral y los huesos largos, seguidos de los pies, las manos, el cráneo, el maxilar, la escápula y la clavícula. Los sitios raramente afectados son las estructuras óseas de la caja torácica, como las costillas y el esternón. De hecho, las costillas están involucradas en menos del 5% de los pacientes.3 El osteoblastoma afecta al doble de hombres que de mujeres. Aproximadamente, el 90% de los casos se diagnostican antes de la cuarta década de vida. El dolor progresivo es el síntoma principal, localizado en el sitio del tumor. Por lo general, es un dolor sordo, a veces peor por la noche y no se alivia con salicilatos, como ocurre con los osteomas osteoides. El hueso involucrado puede expandirse y aparecer como una masa palpable con sensibilidad e hinchazón asociadas. Además, los osteoblastomas ocasionalmente pueden ser asintomáticos y se diagnostican incidentalmente en la evaluación radiológica de rutina.

Sin embargo, el aspecto radiográfico del osteoblastoma es inespecífico, ya que puede surgir en una ubicación intramedular, intracortical o periostial, lo que proporciona características que se pueden interpretar fácilmente como hallazgos típicos de otros tumores óseos benignos o malignos. En particular, los hallazgos radiológicos del osteoblastoma de costilla no se han identificado bien debido a su rareza. Sin embargo, se describen con mayor frecuencia tres patrones: una lesión > 2 cm de diámetro con una reacción perióstica más llamativa; lesión con un comportamiento muy expansible, similar a un quiste óseo aneurismático, y múltiples calcificaciones centrales pequeñas, una capa delgada de hueso periostial periférico, así como un margen bien definido; y un tipo más agresivo con expansión y destrucción ósea, permeabilidad de tejido blando adyacente y calcificación de matriz entremezclada.4 Además, las tomografías computarizadas y la resonancia magnética son herramientas valiosas para el diagnóstico, ya que pueden proporcionar información útil sobre el tamaño, la ubicación precisa y cualquier extensión de tejido blando de la lesión, así como la planificación de un procedimiento quirúrgico.

Histológicamente, el osteoma osteoide y el osteoblastoma son tumores óseos primarios similares, que contienen osteoblastos que producen osteoides y huesos tejidos. Sin embargo, el osteoblastoma es más grande, tiende a ser más agresivo y puede sufrir una transformación maligna, mientras que el osteoma osteoide es pequeño y benigno, demostrando un potencial de crecimiento autolimitado. El osteoma osteoide también difiere clínicamente del osteoblastoma en que produce un dolor insoportable que empeora por la noche, pero que puede aliviarse con analgésicos.5 La degeneración maligna del osteoblastoma y la progresión a osteosarcoma se han descrito con poca frecuencia y en su mayoría en tumores recidivantes. Patológicamente, hay un subconjunto de osteosarcomas que se asemeja y se puede diagnosticar erróneamente como osteoblastoma. La ausencia de cambios displásicos y mitosis, la disposición ordenada de los osteoblastos de apariencia normal, así como la falta de crecimiento permeable o infiltración más allá de los bordes del tumor en estructuras adyacentes, son hallazgos histológicos esenciales para diferenciar el osteoblastoma del osteosarcoma.

La tasa de recidiva del osteoblastoma es de hasta 22% a pesar de su naturaleza benigna y depende del tamaño, la ubicación y la resecabilidad de toda la lesión. La historia natural de los osteoblastomas, cuando no son susceptibles de resección, es continuar expandiéndose y dañando el hueso y las estructuras contiguas. Su desenlace clínico se correlaciona con la ubicación, de manera que los tumores en huesos cortos y planos, así como en el eje neuronal central, exhiben un comportamiento más agresivo. Por lo tanto, el tratamiento es la resección quirúrgica radical para minimizar la probabilidad de una recurrencia local.

El osteoblastoma es un tumor óseo benigno poco frecuente que puede imitar a otros tumores óseos benignos o malignos, lo que hace que su diagnóstico sea más difícil para el médico tratante. Se ha informado de un puñado de casos relacionados con las costillas. El trastorno generalmente augura un buen pronóstico con una tendencia a la destrucción local y la recurrencia. La cirugía radical sigue siendo el tratamiento de elección para prevenir las recidivas y proporcionar un diagnóstico preciso que la distinga del osteosarcoma similar al osteoblastoma.

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