Góngora y Argote, Luis De (1561-1627)

Luis de Góngora y Argote

El poeta español Luis de Góngora y Argote (1561-1627) causó furor con su uso de metáforas complejas, vocabulario latinizado, sintaxis no convencional y sutilezas metafísicas. Su estilo barroco se hizo conocido como Gongorismo.

Nacido en Córdoba el 11 de julio de 1561, Luis de Góngora se educó allí y en la Universidad de Salamanca, donde, sin mucho entusiasmo, estudió derecho, prefiriendo la literatura y la música. No hay pruebas de que haya obtenido su título. Se dice que una desafortunada historia de amor dio origen a uno de sus sonetos más conocidos, LXXXVI, La dulce boca que a gustar convida, un pronóstico cáustico para los amantes de que»todo lo que queda del amor es su veneno.»

Ya en 1580 Góngora manifestó cierta predilección por el culto, o la poesía eufuística—como lo demuestra su uso de versos proparoxitónicos, sus latinizaciones y su explotación de la mitología clásica. Aún así, durante estos primeros años y más tarde, conservó un gusto por lo popular, por lo picaresco e incluso por el waggery.

A sus 20 años, el precoz Góngora era lo suficientemente conocido como para ser elogiado por Miguel de Cervantes en un poema de crítica literaria, Canto de Cálíope (1585; «Canción de Calíope»). Patrocinado por un tío, y después de proporcionar la evidencia habitual de que era cristiano viejo (es decir, no manchado con sangre judía o morisca), Góngora obtuvo prebendarios remunerados y tomó órdenes menores hacia el sacerdocio. Los ingresos ahora asegurados, comenzó a vivir una vida bastante despreocupada, a la que un obispo austero pronto puso fin. El obispo acusó a Góngora de afición poco religiosa a las corridas de toros, la música y el teatro, le impuso una multa de 4 ducados y le prohibió seguir asistiendo a las corridas de toros.

Un Góngora maduro en años, si no en prácticas financieras, se trasladó en 1601 a Valladolid, sede temporal de la corte real, donde escribió una gran cantidad de versos festivos, se peleó con Francisco de Quevedo, gastó dinero demasiado libremente y se endeudó. Las vicisitudes, sin embargo, no frenaron su creciente prestigio, que en 1606 le había ganado la reputación de poeta ilustre.

Los años 1612-1613, cuando Góngora escribió Fábula de Polifemo y Galatea («La Fábula de Polifemo y Galatea») y Las Soledades («Soledades»), fueron los más importantes en su vida literaria, y la controversia relacionada con la publicación de estos poemas ha continuado hasta hoy. El apologista más fuerte de Góngora, Dámaso Alonso, defiende elocuentemente el gongorismo y desafía a sus difamadores: «Oscuridad, no: claridad radiante, claridad deslumbrante. Claridad de lenguaje de dura perfección y encantamiento gramatical exacto;»; mientras que Elisha Kane (1928) ataca el gongorismo como un médico una pestilencia: «El gongorismo es la enfermedad de una época y una cultura. Kane no atribuye a Góngora la » enfermedad «del gongorismo, sino que culpa al siglo XVII, una «época barroca estéril».»

En 1617 Góngora fue nombrado capellán de Felipe III a pesar de las objeciones del duque de Lerma, quien cuestionó la conveniencia de nombrar a un poeta para un cargo tan cercano al rey. A pesar de su salario de este puesto y de sus prebendarios, Góngora, que a menudo jugaba y vivía más allá de sus medios, siempre parecía carecer de fondos. En 1625, para su desesperación, estaba en peligro de perder a los acreedores incluso su caballo y su carruaje; en julio escribió a un amigo: «Tengo ganas de saltar en un pozo.»Sus deudas continuaron acumulándose, y su orgullo sufrió un duro golpe cuando su residencia en Madrid fue subastada y comprada por su implacable enemigo literario Francisco de Quevedo. Un revés siguió a otro. El Conde-Duque de Olivares se ofreció a sufragar los costos de la publicación de la poesía de Góngora, pero incumplió su promesa, dejando a Góngora en gran parte inédito, aunque sus escritos circularon manuscritos.

Antes de su muerte en Córdoba el 23 de mayo de 1627, Góngora entregó todos sus manuscritos a su sobrino, Luis de Saavedra, quien nunca se molestó en publicarlos, presumiblemente ocupado en apoderarse de los ingresos prebendarios de su difunto tío. Debido a esta negligencia por parte de un beneficiario despreocupado, la prosa de Góngora (excepto sus cartas) ha desaparecido. Sólo su poesía sobrevive.

Su Poesía

Los poemas principales de Góngora, los que más controversia han suscitado, son Polifemo (1613), basado en el decimotercer libro de las Metamorfosis de Ovidio, y Las soledades (1613). Polifemo cuenta la historia del amor del Cíclope tuerto, Polifemo, por la encantadora y burlona ninfa del mar Galatea. La escena es una cueva embrujada por murciélagos en la costa siciliana, donde el celoso Polifemo mata al apuesto Acis, y una afligida Galatea ruega a la diosa del mar que transforme el Acis en un río. De las cuatro soledades que planeaba escribir, Góngora solo completó la primera; la segunda nunca se terminó y no hay rastro de la tercera y la cuarta. Las soledades cuenta la historia de un joven naufragado entre cabreros, de un pueblo adornado de flores, de fuegos artificiales y competiciones deportivas, del encuentro del joven con una hermosa doncella y de su posterior matrimonio.

En Polifemo y Las soledades Góngora buscó la belleza del lenguaje en líneas de complejidad abstrusa y trató de crear una «nueva realidad» mediante una nueva metáfora. Para él, llamar a las cosas por sus nombres comunes era pisar viejas cintas de correr: dio a las cosas nombres nuevos para exaltarlas y animarlas. Sus defensores dirían que el de Góngora era «el ojo del poeta, en un fino frenesí rodando, buscando dar a airy nothing un hábitat local y un nombre.»

En cuanto a la calidad perdurable de los sonetos de Góngora y sus otros poemas convencionales, no hay controversia, y ninguna antología de poesía española aparecería sin una selección de ellos. Sonnet CLXVI es la contraparte lírica española de «Gather ye rosebuds while ye may» de Robert Herrick, aunque más nublado de tristeza, especialmente en la última palabra, nada.

Pocos poetas han transmitido el dolor elemental de una joven novia cuya amada se va a la guerra como lo hace Góngora en el romancillo XLIX, cuya primera estrofa dice: La más bella niña/ de nuestro lugar/ hoy viuda y sola,/ y ayer por casar,/ viendo que sus ojos/ a la guerra van/ a su madre dice,/ que escucha su mal:/ Déjame llorar orillas del mar. (La niña más hermosa de nuestro pueblo, hoy viuda y sola, ayer todavía soltera, al ver a su amada partir para la guerra, dice a su madre, escuchando su lamento: Déjame derramar mi dolor en la orilla del mar.)

Lectura adicional

El estudio más completo de Góngora en inglés es antagonistic, Elisha K. Kane, Gongorism and the Golden Age: A Study of Exuberance and Unrestraint in the Arts (1928). La información de fondo está en George Tyler Northup, An Introduction to Spanish Literature (1925; 3d ed. rev. por Nicholson B. Adams, 1960), y en Richard E. Chandler y Kessel Schwartz, Una Nueva historia de la Literatura Española (1961). □

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