Las revisiones recientes han intentado refutar la eficacia de aplicar el síndrome de adaptación general de Selye (GAS) como marco conceptual para el proceso de entrenamiento. Además, las críticas en cuestión se utilizan regularmente como base para argumentar en contra de la periodización de la formación. Sin embargo, estas perspectivas no consideran la totalidad del trabajo de Selye, la evolución de su modelo y las amplias aplicaciones que propuso. Si bien es razonable evaluar críticamente cualquier paradigma, los críticos del GAS aún tienen que desmantelar el vínculo entre el estrés y la adaptación. La alteración del estado de un organismo es la fuerza impulsora de la adaptación biológica, que es la tesis central del modelo de GAS y la base principal para su aplicación al proceso de entrenamiento del atleta. A pesar de sus imprecisiones, el GAS ha demostrado ser un marco instructivo para comprender el proceso mecánico de proporcionar un estímulo de entrenamiento para inducir adaptaciones específicas que resultan en mejoras funcionales. Los pioneros de la periodización moderna han utilizado el GAS como marco para el manejo del estrés y la fatiga para la adaptación directa durante el entrenamiento deportivo. Las actualizaciones del concepto de periodización han conservado sus construcciones fundacionales, al tiempo que piden explícitamente una práctica basada en la evidencia y basada en la ciencia adecuada para el individuo. Por lo tanto, el propósito de esta revisión es proporcionar una mayor claridad sobre cómo el GAS sirve como un modelo mecanicista apropiado para conceptualizar la periodización del entrenamiento.